Carta del Párroco | Trigésimo Domingo del Tiempo Ordinario

Posted on octubre 24, 2025 View all Carta del Párroco

Queridos hermanos y hermanas en Cristo:

El Evangelio de este domingo (Lc 18, 9-14) nos presenta a dos hombres que suben al templo para orar: uno es fariseo, seguro de sí mismo y convencido de su propia justicia; el otro es publicano, un pecador que apenas se atreve a levantar la mirada al cielo.
Jesús nos enseña que la oración más auténtica no nace del orgullo ni de los méritos, sino de un corazón humilde. Esta parábola nos recuerda algo muy importante: Dios no se deja impresionar por las apariencias, sino que mira el corazón. A Él no le interesan las palabras adornadas ni las obras externas si no van acompañadas de amor y sencillez. Lo que verdaderamente agrada a Dios es la sinceridad de quien reconoce su necesidad de misericordia y se abandona con confianza en sus brazos.

Quiero aprovechar esta oportunidad para expresar mi más profundo agradecimiento a todos los que, el fin de semana pasado, participaron con tanta generosidad y entusiasmo en nuestro Programa de Incremento del Ofertorio Parroquial. Su respuesta ha sido verdaderamente alentadora y un hermoso signo de amor por nuestra comunidad.
Gracias por creer en la misión que compartimos, por confiar en el Señor y por comprometerse a sostener con fidelidad el trabajo pastoral, educativo y espiritual de nuestra parroquia. Cada compromiso, grande o pequeño, es una expresión concreta de fe y gratitud hacia Dios.

A quienes aún no han tenido la oportunidad de hacerlo, les invito a poner esta intención en oración durante la semana. Pregúntenle al Señor: “¿Qué quieres que yo haga por mi parroquia?” y escuchen en su corazón su respuesta.
En el boletín de este fin de semana encontrarán el formulario de compromiso del Programa de Incremento del Ofertorio. Les animo a completarlo y devolverlo a la oficina parroquial. También pueden hacerlo de manera práctica y sencilla escaneando el código QR que se encuentra en las bancas de la iglesia. Este enlace los llevará directamente al formulario en línea, que podrán llenar en solo unos minutos después de la Misa. Al finalizar, encontrarán un acceso directo para configurar o revisar su donación a través de Pushpay, nuestro sistema de donación electrónica.

Es importante recordar que el objetivo de este programa no es pedir a nadie que aumente su ofrenda, sino invitar a todas las familias a ser constantes y fieles en su contribución semanal.
Lo que fortalece a una comunidad no es la cantidad, sino el amor y la perseverancia con que cada uno participa. Reina de los Apóstoles no es solo un lugar al que venimos los domingos: es nuestro hogar espiritual.
Aquí oramos, crecemos en la fe, educamos a nuestros hijos, y desde aquí somos enviados al mundo para vivir como discípulos de Cristo.
Como toda familia, nuestra parroquia necesita estabilidad para cumplir su misión: mantener sus instalaciones, apoyar sus ministerios y sostener a quienes sirven día tras día. Así como un hogar depende de ingresos constantes para cumplir sus responsabilidades, nuestra parroquia confía en la generosidad fiel de sus miembros para continuar su labor con alegría.

Deseo también recordarles que el próximo sábado 1 de noviembre celebraremos la Solemnidad de Todos los Santos. Este año no es día de precepto, por lo que tendremos únicamente una Misa a las 8:00 a.m.
El domingo 2 de noviembre, todas nuestras Misas serán celebradas en conmemoración de Todos los Fieles Difuntos. Es un momento especial para orar por nuestros seres queridos que han partido a la Casa del Padre. En la iglesia encontrarán sobres especiales donde pueden escribir sus nombres e intenciones para que sean incluidas en las Misas de ese día.

Finalmente, deseo agradecerles de todo corazón por las innumerables muestras de cariño, felicitaciones y oraciones que me han hecho llegar con motivo de mi cumpleaños. Me siento profundamente bendecido de servir como su párroco y de caminar junto a ustedes en este hermoso peregrinar de fe.
Gracias por su afecto, por su apoyo constante y por hacer de esta parroquia una verdadera familia donde todos somos acogidos y amados.

Con afecto y gratitud en Cristo,

P. Díaz