Carta del Párroco | Decimoquinto Domingo del Tiempo Ordinario

Posted on julio 14, 2025 View all Carta del Párroco

Queridos parroquianos:

Espero que hayan disfrutado de unas bonitas celebraciones del Día de la Independencia. Como cada año, es una ocasión especial para compartir con la familia y los amigos y agradecer por los dones de la libertad y la unidad.

Estamos celebrando el XV domingo del Tiempo Ordinario, el Evangelio de este domingo nos presenta una de las parábolas más conocidas y desafiantes: La Parábola del Buen Samaritano. El centro del relato no es simplemente la moralidad de ayudar al necesitado, sino la revelación de que el amor no tiene fronteras. El sacerdote y el levita, hombres religiosos, pasan de largo. Quizás por miedo, por cumplir la ley de pureza, o simplemente por indiferencia. Ellos representan una religión que se vuelve estéril cuando olvida al ser humano concreto, al rostro herido.

El samaritano, en cambio, se detiene. Ve, se conmueve y actúa. No pregunta si el herido es digno, si merece ayuda o si es de los suyos. Simplemente ama, porque su corazón es libre. Y en este gesto se revela el corazón de Dios: un amor que se abaja, que toca las heridas, que se gasta, que se involucra. Cristo mismo es el Buen Samaritano. Es Él quien viene a nuestro encuentro: no pasa de largo, sino que se detiene, nos levanta, nos carga sobre sus hombros y nos lleva al lugar de sanación, que es su Iglesia. Pero Jesús no quiere que nos quedemos solo en la contemplación de su amor. No basta con saber quién es el prójimo: tenemos que ser prójimo. Acercarnos al que sufre, aunque no piense como nosotros, aunque nos incomode. El amor cristiano no es teórico ni selectivo. Es concreto, eficaz, y se mide en nuestra capacidad de hacernos cercanos, de ver con compasión y actuar con misericordia.

Cambiando de tema, en las últimas semanas les he hablado de la Campaña Cuaresmal del Obispo, y hoy quisiera hacerlo de forma más amplia. Primero, agradezco en nombre del obispo su generoso apoyo a esta campaña durante el año. Su compromiso con la misión de nuestra parroquia y de la diócesis es verdaderamente una bendición. Como quizás ya sepan, aún estamos trabajando para alcanzar la meta parroquial, y en este momento nos faltan $30,000 para lograrlo. Lamentablemente, somos una de las pocas parroquias de la diócesis que aún no ha alcanzado su objetivo. Tenemos el deber de tratar de lograrlo, y sé que podemos hacerlo. Con humildad, me gustaría pedir a aquellos que aún no han hecho su donación este año que se animen a hacerlo. Poco a poco lo podemos lograr. Esto ayudaría a la parroquia a cerrar esta última brecha. Cada contribución—sin importar el monto—nos acerca a la meta y fortalece nuestro testimonio como comunidad parroquial. Su apoyo constante hace una verdadera diferencia en la vida de nuestra familia parroquial y en los ministerios que estamos llamados a sostener. Por favor, reciban mi más profunda gratitud y la seguridad de mis oraciones constantes.

Finalmente, les recuerdo a todos los padres de familia que inscriban a sus hijos en el programa de Educación Religiosa lo antes posible. Las inscripciones están abiertas desde finales del mes de mayo.
También invito a todos los adultos que aún necesitan recibir sacramentos a que se inscriban en el programa de OCIA, para poder recibirlos el próximo año.

Que tengan una feliz y bendecida semana.

En Cristo, 

P. Alex